EL DIA DE LAS CRÊPES

Ayer se celebró La Chandeleur (en español La Candelaria o Día de las Luces), una fiesta de origen religioso pero que actualmente es poco más que una excusa para comer crêpes. Las crêperies tuvieron una jornada especial, con más visitantes que nunca, y yo fui una de los tantos que aprovecharon para darse el gusto.

El Origen de La Chandeleur

Como muchas festividades, el origen es religioso y a la vez pagano, una tradición que ya muchos olvidaron de dónde surgió pero sigue vigente como herencia familiar.
El 2 de febrero es, según la creencia cristiana, la fecha en la que Jesús es presentado en el Templo. Algunos dicen que surge de la procesión de cristianos con velas encendidas en la que al llegar a Roma distribuían galettes a los peregrinos, que se une a la costumbre celta de preparar crêpes (que por su forma y color simbolizaban el sol) para agradecer las cosechas.

Los más tradicionales preparan las crêpes en sus casas, donde todos los miembros de la familia tienen que hacer una. La parte divertida es hacerlas saltar al darlas vuelta, con una sola mano, mientras en la otra se sostiene una moneda (preferentemente de oro).

Crêperies en Paris

Para comer crêpes en Paris no hace falta conocer demasiado. Muchas brasseries cuentan con un pequeño lugar al que se accede desde afuera para comprar una crêpe, dulce o salada, y comerla al paso. Se las ve en muchas esquinas de la ciudad, o cerca de algunos lugares muy transitados, como por ejemplo frente a la entrada lateral de la catedral de Notre Dame.
Sin embargo si están buscando algo un poco más elaborado sugiero que vayan a alguna de las zonas donde encontrarán las crêperies tradicionales. Una de mis favoritas es La Crêperie de Josselin, que está junto con otras en la rue du Montparnasse, entre Boulevard du Montparnasse y Boulevard Edgar Quinet.
Ayer estuvimos en la Crêperie des Arts, 27 rue Saint-André-des-Arts, en otra zona donde encontrarán locales para comer al paso o en una mesa dentro.
El acompañamiento ideal, o al menos el tradicional, es una cidre de Bretagne o en su defecto de Normandie (sidra suave, en general dulce, de elaboración artesanal, que se sirve en botella o tirada).
Y para una salida más económica pueden ir en día de semana y pedir un menú, que casi siempre tiene algunas buenas opciones de crepes saladas y otras dulces para el postre.
Mis favoritos: crêpe basquaise (o cualquiera que tenga queso y cebollas caramelizadas) y de postre una simple crêpe au nutella 😉

Publicado el 3 de febrero de 2014.

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