Bienvenidos a la segunda entrega de mi cuestionario al estilo Proust, esta vez con Nadina como invitada.

Primero, conozcamos un poco sobre ella…

Me gusta pensar que nada es personal y que todos estamos en la vida dando lo mejor de nosotros, de eso me gusta escribir, de lo que hacemos con nuestras posibilidades, como una suerte de amortización de la historia que nos tocó y como la transformamos en algo muy distintivo.
No me gustan las personas que te avisan que no hablan mal de nadie y hacen excepciones todo el tiempo: te juro que nunca hablo mal de nadie pero justo esto no me lo puedo guardar, eso dicen como excusa que en verdad es un modus operandi. Tampoco me gusta el arroz con leche.

Ahora sí: DESCUBRIENDO PARIS CON NADINA

Lo que más te sorprendió: que los franceses sean tan educados. El mito del francés mala onda lo traen los compatriotas que seguro son tan maleducados que todo el mundo los trata mal. No son sonrientes, pero sí muy amables.

Lo que menos te gustó: para la época que fui estaban reconstruyendo varias partes de la ciudad, incluida la Plaza de la República. Resulta que habíamos alquilado un departamento a una cuadra de ahí para estar cerca y en cambio de encontrar un lugar de recreo lindo, nos encontramos con un espacio embarrado y muy sombrío de noche.

Tu experiencia favorita: caminar desde Le Marais hacia Notre Dame, seguir de ahí al Quarter Latin y coronar la caminata con los Jardines de Luxemburgo.

Un lugar imperdible: los Jardines de Luxemburgo para tirarse en el pasto un día de sol o el borde de una fuente en el Jardín de las Tullerías para comer una regia baguette parisina.

Una comida: baguette, baquette y quesos acompañados con vino rosado.

Algo que aprendiste: que las francesas se visten impecables y con estilo pero están cómodas, nada de tacos ni ropas apretadas. Y que los franceses no se las merecen, ese look mugroso, de pelo engrasado y barba crecida generan deseos de enjuagarlos en un estanque.

Algo que no vas a olvidar: que los atardeceres al borde del Sena con algún queso y un vino genera mucha felicidad en la gente.

No podés visitar Paris sin: un mapa de la ciudad o el mapa cargado en el celular, se vuelve un poco laberíntico por momentos.

Como música de fondo: con el sonido ambiente alcanza.

Paris en una palabra: hermosura, es una ciudad en la que cualquier foto que sacás es eso.

 

Publicado originalmente en septiembre de 2013.

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