¿Qué decir sobre la Torre Eiffel que todavía no conozcan? Nada, pero aquí voy igual.
La torre actualmente es el ícono indiscutido de Paris, omnipresente en cualquier visita a la ciudad. Se refleja en cada uno de los souvenirs que venden en cada metro cuadrado de las zonas más turísticas, pero también se puede ver desde todos los miradores y desde casi todos los paseos que uno puede realizar.
Más allá de verla a diario desde otros lugares, la torre merece una visita especial, no sólo por la vista increíble de la ciudad, sino también por la sensación de meterse dentro de esa jaula de metal, zambullirse en esa maravilla de ingeniería y recorrer ese lugar sin tiempo.
La torre tiene tres niveles. El primero y el segundo, conectados entre sí, están más o menos a mitad de recorrido. El tercer nivel (la cima) no está abierto gran parte del invierno por el frío y sobre todo el viento. De hecho, el segundo piso en invierno suele ser muy frío y ventoso y muchas veces tiene también algún sector cerrado al público.
Así y todo, el segundo nivel ofrece una vista increíble tanto de día como de noche.
En defensa del invierno les voy a decir que se hace menos cola para entrar y se puede recorrer con muchísima más tranquilidad 😉
Recomiendo ir por la tarde, aprovechar para cenar en alguno de los cinco restaurants de la torre (o como es mi costumbre, hacer tiempo con un chocolate caliente) y después descubrir por qué Paris es la ciudad luz.
Con respecto a los tickets de entrada, pueden elegir ir solamente hasta el segundo nivel o hasta la cima y si subirán la primera parte por escalera o por ascensor. A ver… subir por escalera puede ser agotador para algunos, más si estuvieron caminando todo el día, pero la vista mientras se sube tiene un no sé qué que vale la pena hacerlo aunque sea una vez.
Para preparar la visita les sugiero chequear los horarios, reservas, tarifas e información actualizada en la web oficial.
Publicado originalmente en enero 2013.
Comentarios recientes