Hay muchos mitos sobre los parisinos, que van desde que son amargados o maleducados, hasta que son todos elegantes y refinados. Bueno, puede ser que haya algo de verdad en todo eso, pero es sólo el primer golpe de vista, y a veces no es nada más que una reacción a lo que nosotros proyectamos.
Voy a intentar ahondar un poco en lo que veo como sociedad y en las personas que fui conociendo.
Profiter
Puede tratarse de un descuento, un rato libre o un regalo. No importa. Todo parisino va a aprovechar. Y no confundamos aprovechar con aprovecharse (es decir, con conseguir algo a costa de otro, que está muy mal visto). Me refiero a tomar toda oportunidad que se presente y usarla de la mejor forma posible.
Esto también quiere decir que cuando alguien ofrece algo, lo hace con sinceridad y esperando que el otro lo acepte.
Patienter
Si bien Paris es una gran ciudad y se ve gente corriendo en el Metro, el ritmo parisino es bastante tranquilo. Todo lleva tiempo y la gente está acostumbrada a esperar y a planificar con anticipación.
Una de las primeras cosas que me sorprendió fue que la inscripción en la escuela para el inicio de clases en septiembre se hiciera durante enero.
Pique nique
El clima no es tan agradable. Son muchos los meses fríos y llueve bastante seguido. Es así que cuando sale el sol los parisinos no lo dudan: salen a comer a las plazas.
Ya en general suelen comer por la calle, incluso mientras van caminando, pero los días soleados esto se acrecienta y no hay espacio verde que se salve. Todos salen a aprovechar los días lindos y disfrutar al aire libre.
Joie
Hablando de disfrutar, los parisinos son expertos. Joie significa alegría, pero no en un sentido de descontrol. Yo lo traduciría como regocijo. Ellos inventaron l’art de vivre, que tiene que ver con esto de gozar, de exprimir cada experiencia y de buscar la perfección y lo bello en su estado más puro.
Poli
Buen día, por favor y gracias. Como mínimo.
La amabilidad y el respeto no sólo están bien vistos, sino que se consideran imprescindibles para entablar la más mínima conversación. La buena educación no es opcional y, si alguien considera que no estás siendo correcto, no dudará en hacértelo saber (a veces ignorándote por completo).
Las conversaciones telefónicas, por ejemplo, tienen largas despedidas, donde cada uno saluda, agradece y desea un buen día. Pero el comienzo de una conversación es lo más importante y determinante: un parisino espera que te tomes el tiempo de saludarlo, desearle buen día y emplear al menos alguna forma de cortesía antes de arrancar. También es imperativo hablar de usted con toda persona desconocida.
Citoyen
Un parisino no es un individuo aislado, sino una persona dentro de una comunidad.
Y esto es un ida y vuelta que se ve reflejado hasta en el detalle más pequeño de su vida cotidiana. Hay un equilibrio entre lo que cada uno da a la comunidad y lo que toma de ella, donde el punto de partida está en cada persona: al evitar molestar a los demás, al ahorrar agua, al separar la basura.
Los parisinos aman su ciudad, aunque son muy conscientes de sus defectos.
Vexer
No hay nada peor que herir a otro en su amor propio. Es algo que nunca, nunca, nunca hay que hacer.
Burlarse de otro no sólo está mal visto y es considerado inapropiado, sino que puede poner fin a una amistad. Es normal reírse de uno mismo y cada uno conoce su propio límite. También se ríen juntos, una vez que se conocen lo suficiente como para saber dónde está el límite del otro. Pero nunca va a haber un golpe bajo involuntario, un apodo hiriente o un comentario que haga sentir mal.
Sobre esto último tengo una breve anécdota. En casi 6 meses que llevo en Paris siempre todos fueron muy amables conmigo. La gran excepción fue el día de ayer, cuando fui a averiguar para anotarme en un curso de francés para extranjeros y la persona que me atendió se burló de mi pronunciación.
Fue un verdadero shock, ya que puedo contarles sobre cientos de conversaciones y siempre todos fueron muy pacientes con mis limitaciones. Además, me pareció terriblemente irónico que mi única mala experiencia fuera justamente cuando estaba preguntando por un curso para aprender el idioma.
Lo bueno es que ya tenía un conocimiento del contexto como para manejarme ante esta situación y también como para no generalizar equivocadamente.
Excepciones hay en todas partes, pero en términos generales estas siete palabras resumen mi experiencia en Paris.
Publicado originalmente en septiembre de 2013.
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